Tras una buena nascencia, el maíz requiere un complemento nutricional a base de nitrógeno, elemento determinante para conseguir altas producciones.
Con las necesidades en fósforo y potasio cubiertas con el abonado de fondo, las exigencias en nitrógeno son muy altas en el maíz. Es necesario que su aporte se haga en la cantidad y el momento adecuados. En la mitad sur ha llegado el momento de aportar este elemento al cultivo del maíz.
La elección del fertilizante a utilizar es de vital importancia, siendo necesario que el tipo de nitrógeno del producto se adapte al cultivo, suelo y a la climatología de cada plantación. En este sentido, desde Grupo Fertiberia se da respuesta a todas las demandas posibles para el agricultor, con una amplia gama de abonos nitrogenados (NAC 27%, urea 46%, soluciones nitrogenadas simples), así como con la posibilidad de aporte de elementos con frecuentes carencias como azufre o magnesio (nitrosulfato amónico 26%, soluciones nitrogenadas especiales).
El momento de aplicación debe ser el adecuado, adaptándose al ritmo de asimilación del cultivo. Un retraso en el aporte de nutrientes puede afectar al tamaño de la planta o de la mazorca, mientras que un adelanto puede causar pérdidas de nitrógeno por lavado. Si es posible se debe fraccionar la cobertera en varios aportes.
El abonado de cobertera en maíz, si se realiza de forma adecuada, es un paso definitivo hacia una alta producción y hacia la rentabilidad del cultivo. Errores de elección del fertilizante o de la época de aplicación repercuten en una merma de producción.
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