Sabemos que las plantas están expuestas a más de un problema, por lo que te daremos a conocer sus plagas y enfermedades más frecuentes, y, lo que es realmente importante, los productos más efectivos para tenerlas bajo control. No dudamos de que con esta práctica guía cuidar tus plantas te va a resultar a partir de ahora un poquito más fácil. Y tenerlas bellas y sanas también.
La poda que tienes que practicar a tus rosales a finales de invierno es el primer paso hacia una floración espectacular. Por eso, es importante realizarla en el momento preciso y sin errores. Además, las últimas heladas llegarán acompañadas de brotes florales tempraneros, cubrirán de botones los cerezos y otros prunus, y te obligarán a proteger tus ejemplares más delicados. Intensifica algo, si no llueve nada, los riegos, abona y prepárate para disfrutar del estallido de color que está a punto de producirse.
Un par de recortes periódicos ayudará a mantener tus plantas intactas todo el año. Ahora que sufren por el calor de las calefacciones es un buen momento. Elimina las hojas secas o deterioradas justo en la base de los tallos, o elimina sólo la parte afectada, dejando como protección un pequeño borde del área estropeada.
La poda drástica es la solución cuando las plantas presentan una vegetación excesivamente pobre. Corta los tallos casi a ras de tierra y en unos meses crecerán fuertes.
Los amarilleos en el follaje pueden indicar falta de riego o de hierro. Quita las hojas que hayan perdido color y aporta más agua, en el primer caso, o trata con un reverdeciente como Quelato de Hierro Fertiberia.
Prepara, para plantar en dos meses, los semilleros de las anuales de verano, como tagetes o petunias. Y disfruta con lo que tienes. Por ejemplo, el jazmín de invierno, de flores amarillas muy resistente al frío.
Pero no todas son tan fuertes. Protege los plantones con una tela, un plástico, recebo de arena (muy práctico en los rosales) o cualquier cubierta.
A las tapizantes viene bien podarlas para que se mantengan compactas. Corta parcialmente las que tiendan a abrirse, como la santolina, y hasta la base las que se vuelvan desordenadas, caso de la vinca.
En cuanto el termómetro marque mínimas por encima de los 10 ºC, ya puedes sembrarlo. Prepara el terreno, limpiándolo de hierbajos, y remuévelo con la azada antes de añadir mantillo y mezclarlo con tierra.
Después, reparte las semillas y rastrilla suavemente para incorporarlas al terreno (o tápalas con un centímetro de mantillo). Riega en forma de fina lluvia y no lo pises hasta pasados unos días.
Si la pradera no drena bien, pincha el terreno para que no quede ahogado por el agua. Al sembrar, mejóralo con Abono Césped Plus Siembra y Regeneración Fertiberia
Última oportunidad para plantar a raíz desnuda. Antes de hacerlo, despunta ramas y raíces, y mezcla la tierra extraída con materia orgánica. A las trepadoras, revisa sus soportes.
Quita ramas en los arbustos de flor y estimularás un buen crecimiento. Otros ejemplares que ahora muestran su mejor aspecto, como rododendros y azaleas, agradecerán nutrientes, como Sustrato Plantas Acidófilas Fertiberia.
De momento, el riego no tiene excesiva importancia en el jardín, pero pronto llegará su momento. Para evitar sorpresas de última hora, revisa la instalación y comprueba que no presente válvulas reventadas por el hielo ni fisuras en las mangueras.
La aparición de hierbajos es frecuente. Extiende un film plástico sobre ellos y trátalos con Herbicida Total y Herbicida Selectivo Fertiberia.
Inicia la poda de formación de frutales, como manzanos, perales o ciruelos, en cuanto pase el riesgo de heladas. Así permitirás que penetre el sol en la copa y que las ramas soporten el peso de la fruta.
Los cultivos protegidos necesitan ser regados, todavía de manera escasa. Usa agua a temperatura ambiente -incluso dejándola un rato que repose-. Airea en las horas más cálidas para evitar hongos. Y aporta compost o mantillo descompuesto a los bancales de los cultivos plantados en otoño.
De acción revitalizante, curativa y protectora en plantas ornamentales, combina sustancias reforzantes y bioestimulantes con repelentes que permiten reducir los tratamientos fitosanitarios contra oidio, roya, mildiu, pulgón, cochinilla, mosca blanca, araña roja, etc.
Cebo en gránulos para combatir babosas y caracoles que atacan a las plantas. Resiste a la lluvia y la humedad. Acción duradera y persistente. El amargante que contiene actúa como repelente para evitar el consumo humano o de animales domésticos.
Indicado para el control de cochinillas, larvas de insectos, araña roja y otros ácaros en arbustos ornamentales, cítricos, frutales de hueso y pepita, y platanera. Puede aplicarse como aditivo coadyuvante con los productos para el minador.
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