Los biofertilizantes son un grupo de organismos que se aplican al suelo o las semillas para mejorar la nutrición de las plantas (rhizobium, micorrizas, azotobacter, etc.) o preparados obtenidos a partir de fermentación biológica que contienen grupos de nutrientes que se emplean básicamente como fertilizantes foliares. Pueden definirse como: “Productos tecnológicos elaborados con microorganismos benéficos que promueven el crecimiento de las plantas y les pueden proporcionar nutrientes”.
Para aumentar el rendimiento de los cultivos y mejorar el suelo es necesario el uso de estos microorganismos que se asocian a las plantas y son capaces de promover su crecimiento.Los microorganismos del suelo, son los componentes más importantes que contiene. Constituyen su parte viva y son los responsables de la dinámica de transformación y desarrollo. En un solo trozo de tierra, encontramos millones de microorganismos beneficiosos para los cultivos.
Los rizobios son bacterias que tienen la capacidad de fijar nitrógeno al asociarse con plantas leguminosas como el frijol, el chícharo, el cacahuate, el haba, la soya, la alfalfa entre otras. Estos seres vivos entran en las raíces y provocan que en estas se formen unas estructuras llamadas nódulos. Estos nódulos son como casitas que la planta hace para que allí los rizobios puedan vivir protegidos y realicen la fijación de nitrógeno, que finalmente va a beneficiar a la planta. El rhizobium más estudiado ha sido el leguminoso, el cual es conocido como la fuente principal de la fijación del nitrógeno en los nódulos de raíz de las leguminosas.
Estos microorganismos se comercializan en sustratos que se aplican conjuntamente con las semillas en el momento de la siembra y son cepas con alta eficiencia en su fijación de N, que se seleccionan según el tipo de cultivo y suelos donde se utilizarán.
Otra bacteria que se emplea para mejorar la nutrición de las plantas es el Azotobacter chroococcum, que inoculada a los suelos donde se cultivan un buen número de plantas pueden mejorar su nutrición nitrogenada.
También las micorrizas, que son hongos del suelo que se asocian a la mayoría de las plantas y que benefician la nutrición vegetal al actuar como extensores del sistema radicular de las plantas, aumentando su capacidad de absorción de agua y nutrientes. Los inóculos de micorrizas se emplean principalmente en la producción de plantas como cítricos, frutales, hortalizas, café y otras.
La nutrición del fósforo se puede mejorar mediante el uso de microorganismos solubilizadores del fósforo, mojando las raíces de las posturas con estas bacterias antes de la siembra.
Según la Asociación Nacional de Fabricantes de Fertilizantes (ANFF) en la última campaña, la mayoría de las ventas correspondieron a los nitrogenados (2,6 millones de toneladas, +1 % respecto a la 2013/2014) seguida por los complejos (1,82 millones de toneladas, -3,8 %) los potásicos (275.000 toneladas, +13,2 %) y los fosfatados (194.000, +16,2 %).
Todos estos organismos se encuentran de forma natural en los suelos, por lo que su efectividad disminuye en la medida que los suelos tienen mayor contenido de la materia orgánica y donde existe una alta actividad biológica.
Por ello estos organismos son muy importantes en la transición hacia una agricultura ecológica cuando partimos de suelos con bajos niveles de la materia orgánica y muy deteriorados biológicamente por el uso de agrotóxicos. Estos actúan a la vez como agentes de control biológico, con lo que reducimos aquellos microorganismos indeseables en el suelo y favorecemos los organismos útiles para los cultivos, con lo que se aumenta la producción de la planta.
En general, los microorganismos que se usan como biofertilizantes se adhieren fuertemente a las raíces de las plantas y no es fácil que se laven y pierdan.
Asimismo la utilización de los biofertilizantes permiten aumentar en la mayoría de los casos el rendimiento debido a la reducción o eliminación del uso de los fertilizantes químicos y además la productividad y la rentabilidad también son mayores.