El repilo, causado por el hongo Fusicladium oleagineum, es la enfermedad foliar más importante del olivo en países como Italia, España, EE. UU., América del Sur, Australia y Nueva Zelanda. Entre sus síntomas más graves es la defoliación del árbol llegando a debilitarlo y ocasionando pérdidas de cosecha entre 10-20% según año y lugar (Salman,2017).
Los síntomas más característicos son unas manchas circulares o anulares que aparecen principalmente en el haz foliar, de tamaño variable y color oscuro debido al desarrollo de las esporas. (López-doncel, 2000, Trapero, 2004).
El patógeno sobrevive durante los periodos desfavorables (tiempo seco y caluroso) en las hojas infectadas que permanecen en el árbol. Con los periodos de lluvias se producen nuevos conidios en las lesiones foliar, activando la enfermedad (López-doncel, 2000, Trapero, 2004).
La dispersión e infección transcurre desde mediados de otoño hasta finales de primavera, con un máximo de producción durante el invierno. La infección se produce entre 8 y 24 ºC, con un óptimo próximo a 15 ºC y presencia de agua libre (López-doncel, 2000, Trapero, 2004).
En zonas con altos índices de enfermedad a finales de invierno, es imprescindible las aplicaciones primaverales, ya que la presencia de hojas nuevas favorecen la instalación del hongo al ser altamente susceptibles y estas mismas hojas infectadas serán el inóculo para las epidemias del siguiente ciclo (otoño-invierno). Por lo tanto es recomendable realizar tratamientos al principio del otoño, al final del invierno y en primavera (López-doncel, 2000, Trapero, 2004).
El control de la enfermedad se basa en la aplicación foliar de fungicidas, especialmente de compuestos cúpricos, esto ha originado importantes daños medioambientales especialmente en el impacto en los microorganismos del suelo y la salud humana.
Por ello, las administraciones están limitando el número máximo de aplicaciones y cantidad de cobre a aplicar por campaña llegando en agricultura ecológica a 4 kg /ha año (Reglamento (UE) 2018/1981).
Además, la Comisión Europea ha incluido el cobre como una de las sustancias a reemplazar, aunque actualmente no existe en el mercado una solución eficaz .
La aplicación de productos con formulaciones que optimicen la acción de dicho elemento, pero que a la vez reduzcan los aportes de cobre es una necesidad inminente.
Desde TRICHODEX hemos diseñado TRICOPPER. Formulado en base de heptagluconato de cobre microencapsulado, con sólo un 5,5% de materia activa pero con eficacias superiores al oxicloruro de cobre al 50%. Con TRICOPPER controlamos el repilo un 83,3% en aplicación preventiva y un 49,6% aplicado en curativo, y reducimos notablemente los aporte de cobre al cultivo.
Momentos de aplicación de TRICOPPER:
Bibliografía
- Salman, M. (2017). Biological control of Spilocaea oleagina, the causal agent of olive leaf spot disease, using antagonistic bacteria. Journal of Plant Pathology, 99(3), 741-744.
- Junta de andalucía
- López-doncel, l.m.; Viruega, j.r.; Trapero, A. 2000. Respuesta del olivo a la inoculación con Spilocaea oleagina, agente del Repilo. Bol. San. Vegetal-Plagas 26: 349-363
- TRAPERO, A.; BLANCO, M.A. 2004. Enfermedades. En: El cultivo del olivo. Barranco, D.; FernándezEscobar, R.; Rallo, L., eds. Junta de Andalucía y Mundi-Prensa, pp. 557-614.